martes, 30 de julio de 2019

Raphael repasa sus grandes clásicos en Starlite con la Sinfónica de Málaga










Los ademanes del artista, único en el mundo, se prodigaron durante toda la noche
Starlite vivió este sábado otra increíble noche de música que se saldó con un nuevo sold out. El décimo de esta edición. La ‘gran noche’ de Raphael también fue la de los asistentes del Auditorio. Revivieron con el artista los hits más aplaudidos de su carrera; esta vez con un toque clásico y electrónico a partes iguales. El primero de los matices corrió a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Málaga; un acompañamiento magistral que dotó temas tan conocidos como ‘Escándalo’; ‘Yo Soy Aquel’ o ‘Escándalo’ de un cariz superior gracias también a ricos arreglos electrónicos.

Esta revisión de los temas que le han dado a Raphael tantas alegrías están recogidas en su último álbum ‘RESinphónico’. Y la acogida de este nuevo trabajo del artista jienense, que lleva subido a los escenarios prácticamente 60 años, ha sido espectacular en Starlite. Raphael cuenta con un público entregado, que lo adora y lo sigue con mucho cariño. Que se levanta de su asiento cada vez que concluye una canción. Que canta de principio a fin todas las canciones y espera con expectación el siguiente tema de un concierto de casi dos horas y media de duración.

‘RESinphónico’
Considerado por el propio Raphael como uno de los discos más importantes de su carrera, ‘RESinphónico’ es una reinvención y revisión de lo ya vivido. Una mirada al pasado para traer sus canciones de antaño al más palpitante de los presentes; y convertirlas en un completísimo espectáculo incapaz de pasar inadvertido. El show dio comienzo con ‘Infinitos Bailes’; y continuó con aclamados temas como ‘Promesas’; ‘Digan Lo Que Digan’; ‘Volveré A Nacer’; ‘Que Sabe Nadie’ y un largo etcétera de grandes éxitos.

Raphael reservó momentos más íntimos y emotivos con ‘Los Hombres No Lloran’; la interpretación -solo al piano- de ‘Por Una Tontería’. O los temas cantados con el único acompañamiento de una guitarra ‘Gracias A La Vida’ y ‘La Quiero A Morir’.

“Esta es una radio de esas antiguas, de cuando se escuchaba buena música como la de Carlos Gardel”, afirmaba un Raphael emocionado justo antes de cantar a dúo –con la grabación de la canción de Gardel– ‘Volver’. Y a continuación seguía cantando otro tango, esta vez con nombre de mujer, ‘Malena’.

Momentos álgidos del concierto
Varios han sido los puntos extraordinariamente álgidos del concierto. El primero de ellos se desató al acorde inicial de ‘Mi Gran Noche’, tema en el que incluso se atrevió a coger la batuta para dirigir a la Orquesta Sinfónica, sustituyendo momentáneamente al director, Rubén Díez. Volvió a hacer lo mismo en ‘Escándalo’, pero esta vez en lugar de batuta utilizó sus expresivas manos para llevar los acordes al lugar indicado.

Los ademanes, seseo y carácter teatral que le han convertido en un artista único en el mundo se prodigaron durante toda la noche llevando al delirio a sus espectadores que pedían siempre un poco más de Raphael. Tras el tema final, ‘Como Yo Te amo’, el precursor de la balada romántica en España se despidió de su audiencia. Y ante la insistencia, volvió al escenario para regalar un fragmento, a capela, de ‘A Mi Manera’. Broche de oro para un espectáculo a la altura de Starlite Festival.

Asistentes amigos de Raphael
Numerosos amigos y seguidores de Raphael se acercaron hasta La Cantera para acompañarle en su concierto de Marbella. Actrices como Antonia San Juan; Natalia Verbeke; Norma Ruiz; Leticia Dolera y Susi Sánchez; el actor Fernando Andina; el director de cine Félix Sabroso; las presentadoras Ivonne Reyes y Sara Escudero; la empresaria Arancha de Benito; la modelo Vania Millán; el coreógrafo Poty Castillo; los cantantes Miguel Poveda; Juan Peña y Vicky Larraz; la colaboradora de televisión, Fiona Ferrer; la periodista Ana García Lozano; el director de El Español, Pedro J. Ramírez; el ex tenista Manuel Santana; Cari Lapique; y Carmen Lomana y Olivia de Borbón, que no quisieron perderse el fabuloso recital del cantante, actor y empresario andaluz.

La programación de Starlite continuará el lunes 29, con el de Taburete y Trapical Minds; el martes 30 de julio, con el de Melendi; el miércoles 31 será el turno de Pablo López, y el jueves, 1 de agosto, Don Omar.




FUENTE : marbellaactualidad.com






martes, 16 de julio de 2019

Raphael y Natalia Figueroa: 45 años de la (no tan) secreta boda en la que nadie confiaba











La familia aristócrata de ella, Natalia Figueroa, se oponía a la boda con Raphael.




En estos tiempos donde abundan las separaciones matrimoniales y los divorcios siempre es halagüeño comentar que una muy popular pareja de la vida social y artística española celebre sus cuarenta y cinco años de casados; largo tiempo durante el que no se conocen fisuras de ningún tipo en su relación. Lo curioso en este caso es que la familia aristocrática de la novia se oponía tajantemente a que se celebraran los esponsales. Tuvo lugar la boda, el 14 de julio de 1972, pero antes de celebrarse resulta que comenzaron a deslizarse comentarios, tanto de los círculos sociales a los que pertenecía Natalia Figueroa y al ambiente artístico del que procedía Raphael prediciendo, como si los pronunciara el mismísimo Oráculo de Delfos, que aquel matrimonio iba a ser de corto recorrido, que se dice ahora. O sea, que tarifarían pronto. No es invento alguno, que lo escuché y lo leí en más de un sitio. Aquellos adivinos, chismosos que se meten en corral ajeno para hacer daño, se equivocaron de pe a pa. Tienen tres hijos, los han convertido en felices abuelos y es bueno evocar aquí algunos momentos difíciles que atravesaron hasta verse convertidos en marido y mujer.

Rafael Martos Sánchez, Raphael, era a finales de los años 60 un triunfador, nuestro cantante de música ligera más popular dentro y fuera de nuestras fronteras. Había ganado millones de pesetas, que invirtió primeramente en un piso para su familia, un chalé en Fuengirola (donde prefirió quedarse su padre, para cuidarlo), un apartamento de soltero, amén de otras productivas inversiones. No era un "don nadie" en cuestiones económicas. Por eso, cuando se supo que iba a casarse con una dama de la alta aristocracia madrileña, abundaron maliciosas críticas. Ya con anterioridad se venía diciendo que el intérprete de Linares era muy afectado, con amaneramientos, gestos y una determinada manera de hablar. En un país tan dado como el nuestro a presumir los gustos sexuales de Fulano y Mengano (no se celebraba aún el Día del Orgullo Gay) el anuncio de esta boda dio mucho de qué hablar.









Primero porque el padre de Natalia, Agustín de Figueroa, marqués de Santo Floro, hijo del conde de Romanones, que había presidido varios Consejos de Ministros en el reinado de Alfonso XIII, no estaba muy convencido de la decisión de su muy adorada hija, de los tres vástagos que tuvo (Matilde, moriría muy joven). Ya años antes le había quitado la idea de casarse con el actor Vicente Parra, joven muy conocido del marqués. Escritora muy amena, que frecuentaba las páginas de ABC, coautora de varios libros de éxito ilustrados por Antonio Mingote, y guionista de algunos programas de televisión, Natalia Figueroa era una mujer sobradamente conocida, que nunca alardeó de sus antepasados, manteniéndose siempre con su sencillez, naturalidad y afecto con cuantos la hemos conocido, siquiera superficialmente. Conoció a Raphael durante la entrega de unos premios que concedía un programa de Radio España dirigido y animado por Encarna Sánchez. A él le pareció "una persona tremendamente equilibrada, prudente, muy simpática". Lo anecdótico es que a ella, según me confesó en su residencia familiar de Biárritz, le resultó "tonto y vanidoso". Pero se reencontraron en una cena, y entre algunas chanzas, el divo pidió que alguien los presentara y fue mi recordado amigo y colega Antonio D. Olano quien hizo de intermediario; fueron a una sala de fiestas para aplaudir a Lola Flores y algunas veces se veían para almorzar.




Raphael le enviaba postales desde todos los lugares donde viajaba. Hasta que, pasados cinco años, él le pidió que se casaran, lo que a Natalia le sonó a broma. Pero, tesonero siempre, conseguiría sus propósitos. El marqués de Santo Floro claudicó y dio el visto bueno, como él mismo me contaría con el gracejo siempre de un gran, culto y divertido conversador: "Cuando Raphael vino por primera vez a casa a buscar a mi hija no estuvo ni simpático ni expresivo conmigo. Luego me confesó que era muy tímido. A mí, convivir con un artista como él me resulta fácil, porque he estado rodeado toda mi vida de muchos de ellos". Sobre su suegro, Raphael escribiría en sus Memorias, lo siguiente: "Es la persona a la que llegué a querer como un padre. Con toda mi alma". No se recató en ellas al citar a algunas personas, familiares de Natalia, obstinadas en opinar que a ella "no le pegaba nada Raphael". Eran la condesa de Yebes y Blanca de Borbón, condesa de Romanones. No quería casarse él sin el consentimiento del marqués, éste lo invitó a un almuerzo en casa y allí quedó sellada la próxima boda. Entre la nieta de un Grande de España y el hijo de un modesto fontanero.



Pude publicar en Semana, donde yo trabajé tantos años (veintitrés) las primeras fotos de los novios. Las obtuve tras marear bastante la perdiz en casa de un gran fotógrafo, que curiosamente vivía en un piso más abajo que el cantante: Juan Gyenes. Imágenes hasta entonces inéditas. Y pude enterarme de cuándo y dónde sería la boda, que los protagonistas habían organizado con un sumarísimo secreto. A pesar de todo fuimos una docena los reporteros que acudimos al evento, en Venecia. Los invitados del novio y la novia, separadamente, habían recibido diferentes billetes de avión, incluidos transbordos, para que nadie "se fuera de la lengua". Con razón, el humorista Mingote, me dijo: "Parece que hemos venido a una reunión de espías". Y el académico José María Pemán, muy amigo de la contrayente, me contó un chiste muy picante acerca de este viaje nupcial que le había divertido mucho.



 El veterano colega de un diario madrileño, Yale, había contratado a una agencia de detectives para que le consiguiera dónde y cuándo iba a ser la boda. En mi caso, hube de viajar toda una noche en un tren por la Costa Azul, desde Barcelona, del que descendí en Génova, para irme al aeropuerto, vacío a las cuatro de la mañana y esperar tres horas dormitando en un banco hasta que se abrieron las taquillas y conseguí un billete aéreo para Venecia, adonde llegué sin mi maleta, que acabó arrumbada en un almacén del aeropuerto romano de Fiumicino. Un compañero tuvo que prestarme un traje completo, pantalón y chaqueta y yo me proporcioné camisa, corbata y supongo que un par de zapatos decentes también. A las diez de la mañana yo estaba en la ciudad de los canales, donde a poco de llegar ya me encontré paseando en una góndola a los novios. La reportera íntima amiga de ellos, la gran compañera Juana Biarnés (que en los últimos tiempos pasa por difíciles momentos) se quedó sin la exclusiva soñada. En nuestra profesión, quien no espabila se come pocas roscas…




Como era de esperar, en cuanto nos vieron Natalia y Raphael, extrañados al darse cuenta que cada uno de nosotros, a su manera había conseguido conocer el sitio del casorio, el día y hasta la hora, lo tomaron con buen humor, invitándonos, como no podía ser ya de otro modo, a la ceremonia, en la iglesia de San Zacarías (cercana a la plaza de San Marcos) y al "lunch" que siguió después en un bellísimo hotel, el Danieli Royal. Padrinos fueron el padre de la novia y la madre del novio, Rafaela. Hablé con el padre del cantante, Francisco Martos, que se situó en un discreto lugar del templo para pasar lo más inadvertido posible; un hombre sencillo, poco hablador con los periodistas, que apareció muy pocas veces fotografiado a lo largo de la carrera triunfal de su hijo. ¿Qué le parece emparentar con la familia Romanones?, le inquirí. "¿Y qué desea usted que le responda? Pues que todo lo que haga mi hijo me parece bien…". Casó a la feliz pareja el padre Cenobio, mexicano, que llegó expresamente desde el monasterio de Guadalupe. Calculo que fueron alrededor de sesenta o setenta los invitados, entre ellos, aparte de los antes citados, familiares y amigos, Carmen de Hohenlohe, la actriz Carmen Sáinz de la Maza y su marido, el director de cine Agustín Navarro, Paco Gordillo y Soledad, su mujer, Jaime Azpilicueta, Francisco Bermúdez…




Natalia Figueroa me comentó el porqué habían elegido Venecia para su desposorio: "Habíamos pensado en Versalles, pero cambiamos de idea, creyendo que además de un bello lugar, no muy lejos de Madrid, estaríamos a salvo de periodistas, no queríamos una boda con tumulto… ¡Figúrate si la hacemos en Madrid! Sólo con la presencia de las fans de Raphael ya habría sido un follón…". Pedí al cantante que estampara una dedicatoria, en la que de su puño y letra, escribió: "El más bonito día para recordar siempre". Y así lo hemos hecho nosotros ahora, cuarenta y cinco años más tarde. 



¡Felicidades a los dos!










viernes, 12 de julio de 2019

Concierto de Raphael en Huelva

























Encanto sobre el escenario. El Foro Iberoamericano de La Rábida contó anoche con la presencia de Raphael, uno de los artistas más esperados de la programación de verano que dejó sin palabras al público gracias a un espectáculo en el que incluyó sus mejores éxitos. Esta fue la segunda de las actuaciones que acogerá el espacio hasta el mes de agosto y por el que pasarán cantantes como Paco Montalvo o María Canea, además de espectáculos como Hollywood Sinfónico que prometen ser de los más especiales de esta edición.



Raphael volvió al Foro Iberoamericano de La Rábida nueve años después para presentar su trabajo más especial y renovado. Tras su gira Loco por cantar, el cantante de Linares regresa a los escenarios con REsinphónico, que destaca porque cuenta con una orquesta sinfónica en la que las canciones se muestran como bandas sonoras y donde el artista experimenta también con otros ritmos como la música electrónica.





















Este álbum fue presentado en diciembre en el Teatro Real de Madrid y desde finales de 2018 ha obtenido un gran éxito entre sus seguidores. Muestra de ello han sido las entradas agotadas en los conciertos de Valencia, Fuentes de Andalucía (Sevilla) y Linares, tras los que Raphael se subió al escenario del Foro en el que los onubenses lo esperaban con gran expectación.




Las ganas de espectáculo se palparon en los alrededores del espacio desde temprano, ya que el público hizo cola en las horas previas al concierto, que dio comienzo en torno a las 22:00. Entre los espectadores destacó la variedad de edades, ya que al concierto no sólo acudieron mayores, sino también niños pequeños y familias al completo que decidieron disfrutar de una noche mágica. Así, y en los momentos previos a la aparición del artista, los onubenses ya cantaban algunos de los temas de los que disfrutarían posteriormente.



Sobre un escenario en el que destacaban los grandes instrumentos, Raphael brilló en clave sinfónica de la mano de una introducción que fue seguida de Infinitos bailes, con la que abrió el concierto. Más tarde, el cantante continuó con Aunque a veces duela y se dirigió al público para prometerles una noche más que especial, en la que destacó su alegría por volver a Huelva, ya que el pasado año, y por motivos personales, el artista se vio obligado a cancelar su actuación en Lepe.



El concierto se convirtió en una recopilación de los mejores temas de su carrera, entre los que el artista destacó Qué tal te va sin mí, Si no estuvieras tú o Sí, pero no. Además, el evento fue toda una demostración de variedad y dinamismo, ya que pese a deleitar a los onubenses con una parte más acústica, Raphael también se decantó por el ritmo electrónico que levantó al público de sus asientos y animó todo el recinto.








Con este gran recital, el artista finalizó su concierto entre aplausos y con la intención de volver pronto a Huelva, donde la acogida fue inmejorable.



FUENTE : www.huelvainformacion.es







viernes, 5 de julio de 2019

Raphael, un artista que demuestra que la edad es sólo un número










Raphael ofrecio un concierto de ‘escándalo’ en el Royal Albert Hall



Lo de Raphael es de ‘escándalo’ y nunca mejor dicho. El artista llegaba a Londres tras su último concierto en España, en su tierra, Linares, para poner fin a su gira internacional ‘Loco por cantar’. El artista regresaba a la capital británica en la que precisamente grabó su último disco, Resinphónico, el año pasado. La cita esta vez tenía lugar en el auditorio Royal Albert Hall donde actuaba por primera vez. Y no pudo ir mejor.

El cantante salió al escenario arropado por su seguidores que no le defraudaron. Y él tampoco a ellos. Desde el primer minuto el jienense puso en pie a la gente con cada canción de principio a fin. Como el bien dice, sus canciones “no son de tararear y tirar a la basura”, sino canciones que no pasan de moda y ayer quedó más que claro.







La edad solo es un número y Raphael lo deja claro en cada uno de sus conciertos. A sus 76 años el cantante ‘sigue siendo aquel’ capaz de hacer un show de dos horas y media, sin descanso, en el que el público no deje de animar ni un solo minuto: cantando, bailando y aplaudiendo cada uno de sus clásicos. ‘Sigue siendo aquel’ capaz de juntar a seguidores de todas las edades. ‘Sigue siendo aquel’ capaz de hacer presente, allá por donde va, a diferentes rincones del mundo como Chile, México o España (como ayer en Londres).





Cada canción del jienense tiene algo especial. A ello, hay que sumarle la puesta en escena que él mismo realiza junto a la banda que lo acompaña. Entre el repertorio que realizó en el auditorio no faltaron temas como: ‘Mi gran noche’, ‘Yo soy aquél’, ‘Estar enamorado’, ‘Escándalo’, ‘Adoro’ o ‘Qué sabe nadie’. Y es que, ‘digan lo que digan’ este es un espectáculo que sin duda, merece la pena ver. El recital culminó con el tema ‘Como yo te amo’ y dejó al público más que satisfecho tras otra ‘gran noche’ del cantante español. Tras agradecer y aplaudir a su gente, Raphael se despidió de la capital británica con un “les quiero tanto, tanto, tanto, tanto. Buenas noches”.















martes, 2 de julio de 2019

RAPHAEL VIAJA A LONDRES EL 4 DE JULIO PARA PRESENTAR EN EL ROYAL ALBERT HALL SU ACLAMADA GIRA ‘LOCO POR CANTAR’










Raphael viaja a Londres el 4 de julio para presentar en el Royal Albert Hall su aclamada gira ‘Loco por Cantar’. A partir de mañana, 10 de octubre, la preventa de entradas estará disponible en www.raphaelnet.com. El viernes, 12 de octubre, se activará la venta general.
Con este tour, el astro de la canción melódica ha recorrido España y Américaconsiguiendo grandes titulares como “Raphael: el mejor concierto de rock” (La Razón), “Raphael, con el infinito como único límite” (El Periódico) o “Inphinito Raphael” (El Norte de Castilla). Además de Londres, el artista viajará a París (10 de marzo, Théâtre Olympia), San Petersburgo (21 de marzo, Lensovet Palace of Cultura) y Moscú (23 de marzo, International House of Music).